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Días de combate

26 noviembre 2010 1 comentario

«¿Sabes lo que significa némesis? Un requerimiento de retribución, manifestado por un agente apropiado.

Representado en éste caso por un hijoputa: yo»

– Brick Top en Snatch

Mucho se ha hablado de mi falta de iniciativa y de incentiva hacia los demás. Ñeeh, la verdad es que no: simplemente me hago pendejo, ergo, dejo que la vida fluya. Me siento cansado, sin inventiva. Tal vez es la época, me pone como de malas, vaya, no de malas, me cansa. Ver todo el desmadre mercadológico de Sears o Liverpool o El Palacio de Hierro o Aurrera. Me caga Mamá Lucha.

My mother rules.

No tengo auto, vaya que a veces es necesario. Estoy empezando a delegar responsabilidades, pero al hacer eso, la gente piensa que voy a tener menos trabajo. La realidad es que yo siempre tengo algo que hacer. La prueba está en que casi no posteo. Extraño postear. Sobre todo porque aquí libero mi estupidez mundana cómica-mágica…

Mi estrés está centrado en que llego a mi casa, me duermo, me despierto, me baño, a CU, al trabajo, si me va bien trago, si no, pues no, más trabajo, más quejas… Y la parte en que todo parece tener una pausa: cuando veo a mi #G, si, mi querida, mi escape. Y luego la dejo de ver, y parece que todo vuelve a correr. A veces no puedo dormir. Será que me estoy acostumbrando, me estoy volviendo dependiente. No quiero ser así. Y sin embargo, no me estoy haciendo caso. Éstos días son de guerra interna. De claroscuros, de «chingue a su madre el PRI», de ver muebles. Estúpidos y sensuales muebles minimalistas color chocolate.

Y ella es mi tregua durante el día. Una vez que haz probado la plenitud en tu vida, la añoras. Yo quiero esa plenitud de vuelta. Los que no la han probado, jamás sabrán de lo que hablo. Esa plenitud tan característica se llama hogar. Quiero un hogar. No me basta una casa. Vaya que, parezco un pequeño al escribir ésto. ¿Sabes qué nos faltó? Una familia le dije a Tutter el otro día. Él se limitó a asentir con la cabeza. Y volteó hacía la calle.

A veces uno encuentra los tesoros que no se merece. Y cuando eso pasa, debe ser cuidadoso. No perder en las guerras internas. Porque el karma no suele dar dos oportunidades,  y menos en los días de combate, a menos que lo considere necesario.

Y no voy a fallar de nuevo.

Cheers…

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